Hacer caca para un oso perezoso es una cuestión de vida o muerte

Los osos perezosos, conocidos por tomarse la vida con mucha calma, son de los animales terrestres más lentos del mundo. Concretamente, el perezoso de tres dedos (Bradypus tridactylus) es el perezoso más perezoso de todos, pues apenas se desplaza unos dos metros por minuto y, solo en el caso de verse amenazado por un depredador, puede llegar a ‘correr’ a unos 7,5 cm por segundo (y ya pone cara de velocidad).

Resulta sorprendente como esta forma de vida al ralentí puede haberse seleccionado evolutivamente hasta llegar a nuestros días. Sin embargo, parece que esta misma lentitud es la razón de su éxito evolutivo. Resulta que su lento metabolismo les permite sobrevivir solo alimentándose de especies vegetales con un escaso valor energético, como las hojas de la ceiba (Ceiba pentandra) y del yagrumo (Cecropia peltata). Eso sí, como no podía ser distinto, digerirlas también les toma su tiempo y se han registrado digestiones de hasta de 50 días ¡menudo malestar!

Por suerte o por desgracia, los animales somos sistemas energéticos abiertos y después de que la materia y energía que adquirimos del entorno sufra una transformación, una parte de ellas se aprovecha y la otra se expulsa al exterior.

En el caso de los perezosos, este proceso suele darse una vez a la semana (como cuando algunos humanos van de vacaciones). A la hora ir al baño todo se complica, ya que este es el único momento en que abandonan la vida en las alturas y bajan de los árboles para defecar y orinar. Esta situación los pone en grave peligro, ya que por un buen rato quedan expuestos a depredadores como anacondas, jaguares y ocelotes.

Pero, ¿por qué exponerse a estos peligros y no defecar desde las alturas, como hacen la mayoría de animales arborícolas? La respuesta aún es un misterio para la ciencia. Existen varias hipótesis, algunas de ellas criticadas por el último trabajo de Julian Monge-Najera, investigador de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica, y publicado en los Cuadernos de Investigación de la UNED en 2021. 

En su estudio, Monge-Najera rechaza teorías simbióticas como la fertilización de los árboles con las heces; la comunicación entre individuos a través de mensajes químicos; la obtención de nutrientes del suelo, al ensuciarse las garras y lamerlas a posteriori; y el incremento de poblaciones de polillas, que crecen en sus heces enterradas. El científico las rechaza todas por falta de apoyo experimental y contradicciones en la misma literatura científica.

Por último, Monge-Najera propone una nueva teoría en la hace referencia a la selección natural, diciendo que, ya que los ancestros extintos de los perezosos era exclusivamente terrestres, no ha habido suficiente presión selectiva para que las especies actuales abandonen el suelo para defecar. De ser cierta, podría ser que los perezosos no se arriesgaran tanto como parece al bajar de las alturas.

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