¡Coraline sí existió! Está basada en hechos reales

Ciudad de México.- Coraline es una película que provocó un sinfín de pesadillas a varias generaciones de niños, a pesar de ser dirigida a un público inocente, el filme aborda temáticas oscuras y perturbadoras imágenes.

Esta película producida por el director Tim Burton, es en realidad una obra de Henry Selick, quien se basó en una historia novelística de Neil Gaiman, publicada en el 2002.

Historia de Coraline en versión película

La historia trata sobre una niña de 11 años, hija única que se acaba de mudar a una nueva casa con sus padres, quienes tienen un estilo de vida peculiar, mucho más liberal a la norma. Los padres comienzan a esclavizarse con actividades de jardinería y pronto terminan demasiado ocupados para pensar en su hija Coraline. La niña, aprovechando estos momentos de distracción, encuentra una puerta para ingresar a otro mundo, en donde sus “otros” padres le dan un trato y vida con el cual ella se siente mucho más cómoda y querida, su “otra” madre es especialmente divertida. En algún momento Coraline deberá decidir si su vida continuará en este “otro mundo” o en el real, sin embargo, se dará cuenta que el precio de su estancia es muy caro, las relaciones son crueles en ese mundo, es curioso que las personas tienen botones en lugar de ojos. Coraline no debe dejar que sus ojos reales se dejen engañar por la promesa de una vida brillante e idílica en la tierra del ojo de botón.

«Probablemente pienses que este otro mundo es un sueño hecho realidad. Pero estás equivocada», advierte el gato a Coraline.

En la historia de Neil Gaiman, es otra; pues según el escritor, los adultos lo encuentran más aterradora debido a que se basó en un retrato de lo monstruoso que puede llegar a ser evadir la realidad.

La real historia de Coraline

La historia trata sobre una anciana que cuidaba a su nieta recién nacida y huérfana, pues sus padres habían muerto en un incendio. La anciana sobre protegía a la niña por temor a perderla, al grado de que sus vecinos jamás habían visto a la niña salir a jugar. La anciana comenzó a levantar sospechas por su crianza radical y varios niños se organizaron para entrar una noche a la mansión y poder conocer a la misteriosa niña. Sin embargo, los chicos se encontraron muy contrariados, al no ver ningún indicio infantil en la casa, únicamente vieron una cuna. Al acercarse a ella, descubrieron horrorizados que había un cadáver quemado de un bebé con botones cosidos en la cuenca de los ojos. Rápidamente concluyeron que la niña tampoco había sobrevivido al incendio, sin embargo, su abuela se aferraba a su cuerpo en una completa demencia. Tras contarle a sus padres, ellos mandaron recluir a la anciana en un hospital psiquiátrico. La anciana quería llevarse una muñeca al hospital, asegurando que en ella habitaba el alma de su nieta.

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